viernes, 16 de mayo de 2008

WHITESNAKE en el Luna Park, Buenos Aires, 14 y 15 de mayo de 2008

Algún alma positiva dijo una vez: "todo llega en esta vida". El momento de que las cosas que uno fervientemente desea, tarde o temprano, se concretan, y hay que apostar a que así ocurra. Digo esto, porque aunque parezca increíble, David Coverdale sabía que en cierta forma, estaba en deuda con la audiencia argentina. Su primer visita, a fines de 1997, nos trajo el último recital de aquella gira y la despedida de la carretera por unos cuantos años, y su garganta evidenciaba claras muestras de vencimiento. Pero resurgir de sus cenizas lo hizo aún más grande, y en 2003 recicló la agrupación para un retorno con toda la fuerza y magia de antaño, y nos visitó dos años después para una breve pero aplastante presentación en un festival.

Por eso para esta oportunidad, con un nuevo y gran disco bajo el brazo, la chance de admirar como se debe un show completo de la banda en su máximo esplendor estaba ante nosotros, finalmente. Y el recinto elegido para que desplieguen su maquinaria mortífera de hits fue el siempre querido Luna Park. Agotada una función, tuvieron la "amabilidad" de agregar otra al día siguiente, casi tan a tope de público como la primera, aunque con un setlist copiado en carbónico, salvo por algún que otro cambio o ajuste.

Pero centrándonos en la primer presentación, déjenme decir (a riesgo de pecar de tonta obviedad) que todo el estadio se derrumbó en un sólo grito ni bien el inigualable David puso un pie en las tablas, y ya desde ese instante, se metió en el bolsillo a los miles de corazones deseosos de recibir el veneno rockero de la Serpiente. Y el jolgorio arrancó perfectamente puntual, con el primer latigazo de la mano de "Best Years", como para dejar en claro que realmente venían con intención de darle rodaje escénico al nuevo álbum, y que la vigencia de una banda también reside en mirar hacia adelante, no sólo centrarse en los clásicos de siempre. Pero en contrapartida a esto último, si bien a uno le parece más que lógico y entendible que presenten el material reciente, sabemos bien que las joyas creadas tiempo atrás serán inevitablemente lo que la gente quiera degustar en vivo, por más soberbia que sea la calidad de las composiciones nuevas. Y es que meter como segundo tema a "Fool for your Loving" es garantizar un alboroto similar al más cruel de los sismos, causando que el vapor emanara de los presentes y viajara hacia el techo de forma meteórica. "Bad Boys" fue el siguiente golpe, y la fase de viaje a los años '80 estaba garantizada. Una banda ajustadísima secundaba desde un respetuoso y claro segundo plano cada movimiento, orden y mueca del Rey David, quien de entrada no dejó de seducir a cuanta dama observase como el auténtico galán que siempre ha sido. La cuarta descarga nos llevó nuevamente a las costas del flamante "Good to be bad", del cual vertieron sobre nosotros el rítmico "Can you hear the wind blow", canción que no me pareció que en vivo tenga el impacto esperado. Y si de impacto se trata, hay que ver cómo la adrenalina volvió a hacerse presente con esa gema inmaculada llamada "Love ain´t no stranger", coreada hasta la ineludible presencia de las lágrimas. El feedback producido entre el líder y la gente era magistral, cada petición, gesto y seña de parte de ÉL era festejado y reproducido como si la hipnosis fuera otro de sus tantos dones que Dios, su gemelo omnipresente, le hubiera concedido. Venga a continuación el primer corte de su nueva placa, "Lay down your love", que fue más coreada y que seguramente seguirá formando parte del set en un futuro, siendo éste también el momento en el cual el sonido se asentó y se pudo escuchar más claramente a todos los músicos.

Luego llegó otra de esas creaciones de las que uno jamás se podría cansar o saturar, dado que están hechas para aplaudir de pie y cantarlas lo más fuerte que se consiga. "Is this love ?" nos tomó prisioneros y toda la sensualidad de Mr. Coverdale se derramó por cada centímetro del edificio. Cuán cuestionable es la comercialidad de un tema, cuando éste en realidad es una auténtica maravilla del arte de la composición ? Escuchar y dejarse llevar, es mi respuesta...

Le siguió el simpático y amistoso duelo de guitarras a cargo de ese gran dueto conformado por Reb Beach y Doug Aldrich, que zaparon divertidamente y dieron paso al instrumental "Snake Dance", que también fue canturreada por los presentes, donde el jovial bajista Uriah Duffy guió la orquestación. Al tema sin voces le siguió adherida la majestuosa "Cryin` in the Rain", cuyo riff inicial fue preso de un coro monumental por parte de la audiencia. En la mitad del mismo, como es habitual, vino el solo de batería, el cual sirvió para presentar al nuevo miembro, el talentoso Chris Frazier, quien evidenció que la técnica no es algo que le falte, elemento imprescindible para ocupar su nuevo espacio dentro de tamaña institución. Luego, el ex Purple nos incitó a participar de lo que venía, tratándose de la sentimentalmente bella "Ain´t no love in the heart of the city", y la emoción a flor de piel estaba instalada, unificada al mismísimo espíritu del mandamás de la noche. Un tema romántico como "The deeper the love" fue mutado a formato unplugged, sólo con Aldrich como ladero (como lo supiera hacer con Adrian Vanderberg en Japón) obteniendo así una hermosa sensación como si la estuvieran escribiendo como aquel día, y su bonita quietud quedó atrás para ejecutar ese fantástico tema llamado "Guilty of love", arrancado del arcón de los recuerdos, tan inesperado pero altamente festejado.

Y después sí, himnos sagrados se hicieron presentes para enloquecer al estadio entero, oriundos de un disco que hasta el día de hoy algunos incomprensibles seres humanos osan discutir o denigrar. "1987" es uno de los mejores discos de la historia, y si "Give me all your love" no es una fiesta en vivo y en directo, no sé qué otra prueba se necesita para corroborar aquello. Una canción que sintetiza perfectamente lo que Whitesnake es: un gran riff, unos fraseos memorables, una letra de alto contenido sexy y un estribillo que se apodera del cerebro de manera sádica. "Here I Go Again" fue la siguiente muestra de amor entre banda y público, cantada hasta la disfonía por cada alma allí instalada.

Y bueno, qué decir de las obras maestras del final ? A gusto personal, faltaban dos de las mejores piezas de música que el rock and roll haya concebido jamás, y fue cuando "Still of the Night" abofeteó al respetable con una contundencia propia de los grandes; pareció el tiempo no pasar para que esta gloriosa creación fuera ejecutada tal como cuando Coverdale la trajo al mundo de los mortales. Si faltaba darle un cachetazo a la nostalgia, el Maestro nos hechizó con su propia versión a capella de "Soldier of fortune", donde el recinto enmudeció para ser testigo privilegiado de la situación, donde también dejó sentenciado al final que su paso por Deep Purple fue la auténtica largada de una de las mayores estrellas de este estilo musical. La fusionada combinación de "Burn/Stormbringer" produjo una marea humana sumamente enérgica, y fue un fin apoteótico de un concierto plagado de adrenalida, emoción, locura y agradecimiento, tanto de fans como de la banda misma.

Capítulo aparte para la performance de David Coverdale, quien aquejado por una salud no plena (él mismo lo contó, despejando dudas), dejó todo de sí en el escenario, disfrutó cada momento, no dejó de insinuar sus sugestivas poses a cuanta señorita clavase (!) su penetrante mirada y cantó a un nivel que nos permite soñar con que esta no sea la última mordida de la Serpiente que presenciemos. Quizá cada uno podría achacarle que podría haber arriesgado un poco más en cuanto a la selección de temas (sobre todo para los que concurrieron ambas jornadas), pero es algo que siempre va a achacársele a un compositor supremo, responsable de obesas toneladas de clásicos que no sólo resisten el paso del tiempo, sino que continúan siendo parte de la fiesta que él mismo provoca. Si el término "Rockstar" debería ser acompañado por imagen alguna en un ficticio diccionario musical, quién se quejaría de que sea David Coverdale el vivo retrato de dicha denominación ?

FG

Gracias Fer (te vas a la B con racing puto) por esta genial review!!!

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente show y, para variar en Fuerza de Choque, magistral crónica!

Menos mal que fui... no podría haberme perdonado dejar pasar este genial show de lado!